INTRODUCCIÓN
Como bien dice el artículo tercero de la Constitución Mexicana actual, la educación debe de ser obligatoria y laica para todos aquellos individuos, e infantes con las características que se piden, desgraciadamente, en algunos lugares de la República Mexicana, la educación no es por igual para todos os niños en algunos casos por la posición económica de sus padres, por su raza y en algunos casos por la discriminación, y entrando al rubro de la discriminación se ven afectados los niños con capacidades diferentes, o con diversos problemas físicos y de retrasos mentales.
¿Qué es lo primero que se nos viene a la mente cuando hablamos de un niño con discapacidad? Durante la realización de esta investigación, nos percatamos de que para comenzar a hablar de esta tema debemos de tener en cuenta distintas dimensiones contextuales como lo son: lo cultura, lo social, la familia, la intervención de profesionales de la salud y la escuela.
En Integración escolar se plantea como uno de los objetivos principales poder propiciar las herramientas necesarias a los alumnos para ser seres autónomos. ¿Cómo hacer esto sin un trabajo profundo con los padres y los docentes?
En muchos casos el yo de estos niños se va constituyendo desde él “no puede…”, y eso que él no puede es actuado por los adultos, anticipadamente, de alguna forma, de un modo violento. Si bien en un inicio es necesario el ejercicio de la violencia primaria por parte de la madre, que de sentido, que produzca elecciones e interpretaciones de las necesidades del niño, que aporte los significantes de los cuales el niño carece, es necesario que esta conducta cese a fin de que el yo del sujeto pueda advenir. La propuesta es hacer explícito el porqué de esto. Buscar posibles respuestas. ¿Qué es lo distinto? Es algo que excede a “esa discapacidad” que ese niño tiene.
Si logramos contemplar dentro de nuestros objetivos, terapéuticos y escolares, la posibilidad de que estos niños pueden desear, desarrollarse, elegir, jugar y aprender, entonces estaremos partiendo del sustantivo “niño”, y no “discapacitado”.
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